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martes, 17 de julio de 2012

Vareniclina y riesgo cardiovascular: se despejan algunas incógnitas

La nicotina es una sustancia tremendamente adictiva, y constituye el principal motivo de recaída en los pacientes que intentan dejar de fumar. Por ello la Guía Americana de Tratamiento del Tabaquismo recomienda el uso de fármacos para dejar de fumar en todos los pacientes que quieran intentar el cese, salvo contraindicación. 
La vareniclina es un fármaco que aumenta la tasa de abstinencia a los 6 meses entre 2 y 3 veces, actuando sobre un receptor nicotínico a nivel cerebral que se estima que es el responsable de la adicción al tabaco.
Las alarmas saltaron hace un año, al publicar un grupo canadiense un estudio que planteaba serias dudas sobre la seguridad cardiovascular de vareniclina. La metodología de este estudio fue muy discutida, y su lectura inducía claramente a sobrestimar  riesgo, los datos no cuadraban con la experiencia de los que estamos familiarizados con el uso de vareniclina.  No obstante, el impacto fue considerable a la hora de utilizar vareniclina, tanto por parte de los pacientes fumadores, como por parte de un colectivo médico ya de por sí poco involucrado en abordar el tabaquismo.

La Food and Drug Administration (FDA) se pronunció de forma prudente afirmando que un discreto aumento de riesgo cardiovascular no superaba el amplio beneficio que supone dejar de fumar, e instó a que se realizara una revisión sistemática de los estudios de vareniclina para estimar de forma más rigurosa su seguridad cardiovascular. Esa revisión ha llegado de manos de Jodi Prochaska y Joan Hilton (Risk of cardiovascular serious adverse events associated with varenicline use for tobacco cessation: systematic review and meta-analysis, publicado en BMJ). 


Tras revisar de forma rigurosa los 22 ensayos clínicos publicados hasta la fecha sobre vareniclina frente a placebo, las autoras concluyen que no existe un aumento significativo del riesgo de complicaciones cardiovasculares asociadas al uso de vareniclinaEsta información es de gran importancia, dado que el tabaquismo es nuestro principal problema de salud pública. 
Necesitamos tratamientos que ayuden a los fumadores a abandonar el consumo de tabaco de manera efectiva y segura.

Regina Dalmau González-Gallarza
Cardiólogo del Hospital Universitario la Paz de Madrid
Unidad de tabaquismo

lunes, 11 de julio de 2011

Tabaquismo, vareniclina y riesgo cardiovascular

El reciente metanálisis de Singh et al. publicado en el Canadian Medical Association Journal sobre incidencia de enfermedades cardiovasculares (ECV) de la vareniclina ha tenido unos altavoces inusuales en los medios de comunicación no profesionales. Un análisis detallado de su metodología y resultados desde luego no resulta particularmente inquietante ni alarmante para modificar en estos momentos la práctica clínica con este fármaco.



En primer lugar, el resultado principal de este estudio muestra que los eventos observados fueron en términos absolutos del 1,06% entre los pacientes que usaron el fármaco (98,94% no tuvieron eventos) y del 0,82% entre los que tomaron placebo (99,18% no tuvieron eventos). La diferencia en términos absolutos fue de 0,24% que sin negar la posible relevancia clínica parece menos alarmante que el 72% de aumento cuando se presentan los datos en términos de riesgo relativo. En segundo lugar, tal y como reconocen los autores, la tasa de seguimiento en los pacientes del grupo placebo fue mucho más baja que en el grupo control, lo que puede explicar la menor prevalencia de ECV en este grupo, o al menos en buena medida. En tercer lugar, ninguno de los estudios incluidos tenía la potencia para detectar diferencias individuales en la aparición de ECV.

La mejor conclusión de este estudio es que habrá que diseñar estudios rigurosos y con la potencia adecuada para evaluar los efectos de la vareniclina en pacientes con ECV previa. La peor conclusión es que muchos fumadores dejarán de beneficiarse de una de las terapias más efectivas para dejar de fumar por el alarmismo sembrado por este estudio.


La vareniclina es un fármaco con buen balance beneficio-riesgo pero lógicamente no carece de ellos como ocurre con cualquier fármaco activo en humanos. Quizás sería bueno recordar que los parches de nicotina y el bupropion, que son las otras terapias eficaces para ayudar a dejar de fumar, sufrieron en el pasado severas campañas de alarma mediática de procedencia poco clara que tuvieron como resultado un menor uso de las posibilidades terapéuticas de estos productos. Lo que está claro es que el mayor riesgo de suicidio en pacientes psiquiátricos y el riesgo cardiovascular ya consta en la ficha técnica del producto. Pero no cabe ninguna duda de que seguir fumando es mucho más peligroso que cualquiera de estos fármacos para ayudar a dejarlo.

Dr. Rodrigo Córdoba
Médico de Atención Primaria y experto en tabaquismo