Los que continúen fumando, ya sea porque no quieren o porque no pueden dejar de fumar, representarán una proporción creciente de fumadores comparados con aquéllos que lo dejan fácilmente.
Se espera que este grupo de fumadores empedernidos sean más dependientes, tengan trastornos psicológicos asociados, y pertenezcan a niveles socioeconómicos bajos.
Esto es lo se conoce como la hipótesis del “hardening”.
¿Qué dice la evidencia científica?
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Datos a favor de esta hipótesis señalan que
las nuevas generaciones de fumadores tendrán una mayor dificultad para dejar de
fumar. Se ha observado un aumento de la
dependencia en regiones donde cada vez hay menos fumadores y menores tasas de cesación
que las observadas en décadas pasadas. Además, el tabaquismo se observa de
manera muy frecuente en determinados grupos, como personas con abuso de
sustancias o con algún
trastorno mental. Los fumadores empedernidos representan una fracción
pequeña, aunque creciente, de fumadores, y por tanto el hardening no se
puede identificar con medidas convencionales: difícilmente se verá reflejado en
una disminución de las tasas de cesación.
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La evidencia en
contra de la hipótesis, en cambio, señala que conforme disminuye la
población de fumadores disminuyen los índices de dependencia (consumo diario de
cigarrillos y tiempo hasta fumar el primer cigarrillo) y aumentan la percepción
de autoeficacia para dejar de fumar, los intentos por dejar el consumo y la
proporción de abstinentes a los 3 meses.
Por otra parte, los estudios
existentes no permiten comprobar si se ha producido un aumento de fumadores
empedernidos; los estudios no son comparables ni tampoco existe una
definición estándar de lo que se entiende como fumador empedernido.
¿Por lo tanto?
Hay
quienes se plantean que tal vez no son los fumadores los que se están volviendo
recalcitrantes, sino los tratamientos, que esencialmente son los mismos desde
hace más de 20 años. La innovación en farmacoterapia [uso de la Vareniclina (2006) y el desarrollo de vacunas] así como en los métodos de control del tabaquismo deberían orientarse a los potenciales cambios en la población de fumadores.
En lo que todos coinciden es que los recursos
son escasos y por tanto se debe hacer una buena planificación de las intervenciones.
Sean éstas a nivel poblacional, se orienten a subgrupos o sean de carácter
individual, deben en última instancia ayudar a todos los fumadores a dejar de fumar.
Marcela Fu y Esther Carabasa
Unitat de Control del Tabaquisme
ICO- Hospitalet
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